La Calzada de Marco

Marco estaba de fiesta con sus amigos y salió de “La Concha de la Lora” poco antes de las 11 pm para volver a casa. Era aún temprano, porque al día siguiente tenía que madrugar para ir a la misión. Así es como vivió y murió Marco. Un joven como tantos otros, amigos de sus amigos, cariñoso, alegre, noble, auténtico, sano y normal, muy normal. Pero su corazón estaba en los más necesitados. Tenía el carisma de amar a cualquier persona, sin importar su condición.

Marco caminó hasta el Barrio Chino para coger un bus, porque era generoso con los demás y austero consigo mismo. Él era un joven autónomo y caminante, de parada en parada, de bus en bus.

Los últimos pasos de Marco fueron una peregrinación hacia el “martirio” de la mansedumbre. No ofreció resistencia, se mantuvo en pie con una fortaleza inexplicable, volvió la vista atrás con ojos de misericordia hacia sus agresores, y siguió el camino.

Ya muchos hemos recorrido “La Calzada de Marco”, hemos seguido sus últimos pasos, desde la California hasta el Barrio Chino, hemos peregrinado al lugar de su muerte, que hoy sabemos es altar de Victoria, porque el Amor es siempre más fuerte, y es el Fuego que ilumina el mundo.

Marco es universal, y su mensaje está dirigido a todos los jóvenes, para que entreguen su vida por una causa noble. Por eso, te invitamos a seguir recorriendo ese camino físico y espiritual, es una forma de adentrarnos en la senda del amor, de la alegría y de la vida. Marco nos ilumina. Marco peregrina con nosotros. Gracias Marco por abrirnos camino. Has sido pionero, eres misionero.