¿Quién era Marco Calzada?

Marco era un joven normal, hermano mayor, amigo de sus amigos, noble, sencillo, alegre, sano, auténtico, servicial y dispuesto. Le gustaba la música, tocar guitarra, bailar, practicar boxeo, compartir con sus amigos, ir de fiesta, divertirse como cualquier otro muchacho de su edad, pero su corazón estaba en la misión. Eso es lo que le diferenciaba.

Nació el 28 de junio del 2003. Cursó los primeros años de escuela en el Colegio La Salle. En el 2017 se matriculó en el Colegio Técnico Cedes Don Bosco donde se graduó con la especialidad técnica en Desarrollo de Software. Destacó por una profunda vocación de entrega y servicio, combinando innumerables apostolados con sus estudios y trabajo
Todos los sábados participaba en el apostolado del Oratorio de Don Bosco tocando su guitarra, jugando y compartiendo con niños de la comunidad de Alajuelita. También desde el 2017 participó en la juventud de Schoenstatt, y fue un líder activo hasta el final de su vida.

Era un chico responsable y combinaba sus múltiples apostolados entre estudios y trabajo. Estaba cursando su primer año en la Universidad Lead en la carrera Ingeniería en Ciencia de Datos, trabajaba en la empresa L.L.Bean como ¨Associate QA Engineer¨.

Motivado por una fuerte inquietud de servicio a los más necesitados, en el 2021 comenzó a participar activamente, junto con sus papás y hermanas, en la misión Ignis Mundi, lo que implicaba trasladarse con ellos a vivir a un barrio vulnerable de San José como familia misionera permanente.

La tarde antes de su muerte leía un libro que anticipaba lo que horas después ocurriría. La última página que leyó versaba sobre la muerte y la vida, sobre el sufrimiento y la victoriosidad. “Et lux in tenebris lucet” “…Y la luz brilla en medio de la oscuridad…” Todo estaba entrelazado.

Rato después queda con sus amigos y se fue a celebrar a un bar. Su mamá le escribe para ver como está, y él contesta: “ya pronto salgo para casa, despiértame mañana para ir a la Misión”. Esas fueron sus últimas palabras con sus papás.

Minutos después sale del bar y comienza su peregrinaje hacia la Victoria. Camina al bus, como tantas veces hizo y poco antes de llegar, fue brutalmente asesinado. En todo momento mantuvo una actitud de mansedumbre y fortaleza inexplicables.

Su vida y muerte ha sido para muchos una luz en el camino, que él sigue recorriendo con nosotros. Fue un joven schoenstattiano, salesiano, diocesano, misionero de Ignis Mundi… un joven misionero marcado por Cristo y María, tocado por el Amor de Dios, cuyo fuego perdura y brilla más que nunca.  

Hoy sigue iluminando muchísimos corazones.